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En Yemen, el hambre y las enfermedades matan más que los combates

23 Noviembre 2021

La mayoría de las muertes en Yemen ocurren debido al impacto del conflicto en los precios de los alimentos y al deterioro de la sanidad. El programa para el desarrollo alerta de que más de un millón de personas pueden morir si la guerra se extiende hasta 2030. Si logra frenarse y se invierte en desarrollo, podría erradicar la pobreza extrema. 

Un 60% de las 377.000 víctimas que ha dejado el conflicto de Yemen hasta el momento no han muerto por las bombas o balas, sino por los efectos sociales de la crisis, como el hambre y las enfermedades prevenibles. La proporción puede alcanzar el 75% si el conflicto se prolonga hasta 2030, cuando se calcula que podrían morir 1,3 millones de personas, alerta un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Estas muertes han sido en su gran mayoría de niños, que son especialmente vulnerables a la desnutrición. En 2021, un yemení menor de cinco años muere cada nueve minutos. En 2030, un niño morirá cada cinco minutos.

 “Éste es uno de los mensajes clave del informe. A menudo medimos el coste de las guerras en términos de víctimas de los combates, pero en el caso de Yemen el número de personas que ha muerto por las consecuencias del conflicto excede a las que han muerto en el campo de batalla”, dijo Achim Steiner, administrador del PNUD.

El informe “Evaluación del impacto de la guerra en Yemen: Caminos para la recuperación» arroja luz sobre los efectos de la crisis en el desarrollo y el bienestar. El conflicto ya ha empujado a 4,9 millones de personas a la malnutrición, y este número aumentará a 9,2 millones en 2030 si la guerra persiste.  El estudio prevé que, a finales de 2021, 15,6 millones de yemeníes vivirán en la pobreza extrema, y la cifra aumentará a 22,2 millones en 2030, el 65% de la población.

Se calcula que, en los últimos seis años, la crisis ha hecho que Yemen pierda 126.000 millones de dólares de crecimiento económico potencial.  Si la guerra continúa, en 2030 el PIB perdido podría ser de casi 422.000 millones de dólares, es decir, 28.100 millones al año.

Una niña de 18 meses recibe tratamiento para la desnutrición en un centro médico
© UNICEF/Saleh Hayyan
Una niña de 18 meses recibe tratamiento para la desnutrición en un centro médico

Esperanza para Yemen

El documento envía un mensaje esperanzador de que no todo está perdido en Yemen. Sin embargo, también deja claro que no hay tiempo que desperdiciar, ya que el país sigue cayendo por una espiral descendente.

Terminar el conflicto es el único camino viable para terminar con estos costes tan altos para la población más vulnerable de Yemen”, explicó Jonathan Moyer, investigador de la Universidad de Denver, y autor principal del análisis.

El reporte identifica los posibles dividendos de la paz. A través de modelos estadísticos que analizan escenarios futuros, muestra que la consecución de la paz para enero de 2022, junto con un proceso de recuperación inclusivo y holístico, puede hacer que Yemen salte al estatus de país de renta media para 2050, al tiempo que se erradica la pobreza extrema, que ahora afecta a 15,6 millones de personas. La malnutrición podría reducirse a la mitad para 2025, y el país puede lograr un crecimiento económico de 450.000 millones de dólares para 2050 en un escenario integrado de paz y recuperación. 

Ola al-Aghbary es la fundadora de la Fundación Juvenil Sheba para el Desarrollo, que se centra en la capacitación de jóvenes y mujeres en Yemen.
Hana Haza’a
Ola al-Aghbary es la fundadora de la Fundación Juvenil Sheba para el Desarrollo, que se centra en la capacitación de jóvenes y mujeres en Yemen.

“Las mujeres son indispensables para una recuperación efectiva”, señala el texto, y pide que sean incluidas “en las negociaciones de paz, en la planificación económica y en los esfuerzos de reconstrucción”. Abordar las desigualdades de género y aumentar la tasa de participación femenina en la fuerza laboral -que actualmente es del 6%, una de las más bajas del mundo-, tiene el potencial de desbloquear importantes ganancias económicas. 

“La gente necesita ayuda, pero también esperanza para el futuro, por eso el informe explora las oportunidades para Yemen en el futuro”, dijo la directora regional del PNUD, Khalida Bouzar.  

Planear ya el escenario posterior a la guerra 

El estudio reconoce que, por el momento, las perspectivas de paz en Yemen siguen siendo “tenues”. Sin embargo, señala que es importante planificar ya la reconstrucción y recuperación después del conflicto. “Cuando los conflictos terminan, a menudo se pierde tiempo en complejos procesos de planificación y coordinación, lo que retrasa la ayuda”, explica. 

El administrador del PNUD aseguró que “Yemen necesita más atención y compromiso internacionales”. “La ONU, por sí sola, no puede negociar la paz. La comunidad internacional tiene que involucrarse y empujar a las partes hacia la resolución del conflicto”, señaló Steiner. “Esperamos que la comunidad internacional vuelva a prestar atención, porque el coste de lo que está ocurriendo es atroz”. 

“Primero, la guerra tiene que parar y, segundo, tenemos que pasar del enfoque humanitario al de desarrollo en Yemen”, dijo Auke Lootsman, coordinador residente en el país.  “A pesar de la miseria hay esperanza y la oportunidad de lograr un Yemen mejor. Si hacemos lo correcto, el país podría volver al camino para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible”. 

El conflicto en Yemen ha obligado a desplazarse a millones de personas que ahora se refugian en campamentos temporales
© UNICEF/Hisham Al-Helali
El conflicto en Yemen ha obligado a desplazarse a millones de personas que ahora se refugian en campamentos temporales

La recuperación, insisten los autores del estudio, debe abordarse de manera integral, ya que, de no ser así, sigue corriendo un alto riesgo de que resurja la guerra. 

El informe hace una serie de recomendaciones en ese sentido:

  1. Dar prioridad a una paz sostenible y duradera. Para sentar las bases de una paz duradera, un nuevo acuerdo debe ser inclusivo en su negociación y sus condiciones. Y una vez finalizado el conflicto, las políticas de recuperación deben dar lugar a mejoras significativas en la vida de los yemeníes.
  2. Coordinar los esfuerzos internacionales, nacionales y de recuperación.
  3. Invertir en salud, educación, agua y saneamiento para un desarrollo sostenible a largo plazo.
  4. Fomentar y apoyar una mayor participación de las mujeres en la fuerza laboral y en la sociedad.
  5. Hacer frente al hambre grave y desarrollar una agricultura más segura y sostenible.
  6. Aprovechar el sector privado para generar crecimiento, empleo y financiación.
  7. Adoptar un enfoque integrado para la recuperación tras el conflicto. 

“Es obvio que se necesitan muchos fondos. Se espera apoyo de países vecinos y de otros países que han apoyado a Yemen, así como de las instituciones financieras internacionales, pero esto no puede ocurrir si la guerra no cesa”, sostuvo el coordinador residente. 

 “El objetivo”, resumió la directora regional del PNUD, “es abogar por Yemen y asegurarnos de que todo el mundo sepa que si la guerra continúa las consecuencias serán irreversibles, pero si alcanzamos la paz, podemos construir un país mejor”.

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